El discurso racista nos lleva a una guerra entre pobres, entre trabajadores. ¿Te sientes más identificado con Bárcenas, por ser español, que con un albañil mozambiqueño? Ahora que un grupo racista y de extrema derecha, bajo el paraguas del apoliticismo, ha abierto su sede en nuestra ciudad, deberíamos plantearnos preguntas como estas.
«El racismo es un sistema de dominación, y obviamente la dominación tiene grandes ventajas. Si los hombres no quieren a las mujeres en sus empresas, es porque pretenden mantener en sus manos el control, los mejores sueldos, las mejores posiciones. Lo mismo sucede si no dejas entrar a determinados grupos en tu país. Todo tiene que ver con intereses socioeconómicos. Las élites no quieren compartir el poder«. T. Van Dijk