Por Lola San Isidro, Área de Solidaridad Internacional de APDHA.|| Asistimos a tiempos de democracias con vocación de imperfectas en las que avanza la desigualdad, retrocede la libertad y se penaliza la fraternidad.
Los países en los que se generó la ilustración, el contrato social, la ruptura con el antiguo régimen, la Declaración Universal de Derechos Humanos…la Europa de las libertades, el occidente de las libertades, parece haber renunciado a la búsqueda de un mundo mejor para emprender el retroceso hacia sistemas autoritarios, desiguales e insolidarios.
Los derechos humanos, tan semejantes en su formulación a los valores republicanos, son los principios de la convivencia que están en juego y que los pueblos estamos perdiendo.
No hay nada más semejante a una declaración de los principios republicanos de libertad, igualdad y fraternidad que la lectura del artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “ Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
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