María Jesús Rodríguez Castañeda, Alcadesa Honoraria de La Isla

Nos consta que no solo el Ayuntamiento de La Isla (también el de la localidad sevillana Alcalá de Guadaíra), aprobó nombrar Alcaldesa Honoraria a nuestra paisana María Jesús Rodríguez Castañeda en el año 1934. Probablemente otros municipios se sumarían a esta iniciativa, y tengamos a una isleña que merece ser recordada en su tierra. Vamos a adelantar un breve semblante biográfico de nuestra paisana.

Los padres de María Jesús se llamaban Fermín Rodríguez y Regla Castañeda. Con ellos y sus hermanos Juan, Sofía y Luisa vivió sus primeros años en el número 22 de la calle del Carmen. Años después se trasladaron al número 12 de la calle Losada, y allí María vivió también los primeros años de matrimonio con Juan Galán Mateo (oficial subalterno de Artillería de la Armada que llegó a ser condestable), y con su primera hija Francisca.

Es conocido que en algún momento la familia debió vivir en el número 28 de la denominada, por entonces, calle San Eduardo (actual Sánchez Cerquero), porque allí había una placa que recordaba el nacimiento de su hijo Fermín.

Finalmente, la familia Galán Rodríguez fijó su domicilio en el número 37 de la calle San Servando. Nadie imaginaba que esa casita albergaba a isleños que influyeron de forma notoria en los acontecimientos que estaban por venir en España. En dicho domicilio, eran los primeros años de siglo XX, ya habían nacido sus otros tres hijos (Fermín, Jose María y Francisco). Por desgracia tuvo que vivir el fallecimiento de un cuarto hijo, siendo este muy niño, y el fallecimiento de su marido en el año 1909 a causa de una neumonía.

María, al enviudar, quedó en una situación muy delicada. Decidió trasladarse con sus hijos a Madrid en 1910, teniendo la gran suerte de que se aceptara a la primera su petición para ingresar a sus tres hijos en el Colegio de Huérfanos de Guerra de Guadalajara.

La vida de María transcurrió aquellos años viendo como sus hijos hacian una notable carrera militar. Su hijo Fermín pasó a la historia como “mártir” de la II República. Rafael Alberti le dedicó una obra de teatro, e incluso el nombre de Fermín Galán sirvió para denominar a la actual plaza donde está el Ayuntamiento de La Isla.

El fusilamiento de su hijo Fermín dirigió a ella todas las miradas del país. Fueron innumerables las muestras de pesar que recibió María que, agradecida, encontraba en ellas la “única compensación que puedo encontrar en mi dolor”. Sus otros dos hijos, Jose María (uno de los impulsores del Quinto Regimiento y candidato a Doctor en Ciencias Históricas) y Francisco (instructor militar de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas) terminarían sus días en el exilio (Cuba y Argentina, respectivamente).

El 20 de abril de 1934, el Ayuntamiento de La Isla aprueba nombrar “Alcalde Honorario” (no se usó la forma femenina en la transcripción del acta) a la madre de Fermín Galán. Su mérito iba más allá de ser “madre de”; tras el fusilamiento de su hijo, se comprometió con lo que ella misma denominaba “noble causa antifascista” y dejó muestras de un carácter solidario que fue ejemplar para toda aquella generación. Entre sus gestos, llegó a suplicar por el indulto del General Sanjurjo, a sabienda que formaba parte de aquellos que aventuraron las prisas por fusilar a su hijo Fermín. Finalmente, el Presidente de la República dejó sin efecto la pena capital a la que estaba condenado el general traidor.

“¡Que un hijo no pueda llorar hoy como una madre y una esposa lloraron un 14 de diciembre! El general no será muerto por la Justicia republicana, porque esta Justicia es justa y es humana”.

María presidió junto a la Pasionaria la Segunda Conferencia Nacional de Mujeres Antifascistas, que tuvo lugar en Valencia en 1937. En esta foto podemos ver a María en la entrega de una bandera al batallón democrático federal, antes de partir al frente.

También participaba en las delegaciones de lo que se llamaba “Socorro Rojo Internacional” dedicada la labor asistencial y humanitaria. El Socorro Rojo Internacional funcionaba en España desde 1923 como movimiento solidario para asistir al necesitado y durante la guerra sirvió de apoyo al sistema sanitario militar republicano dando además asistencia a la población civil.

Una luchadora por la libertad, madre de luchadores por la libertad, que merece que su nombre sea rescatado y perpetuado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento como lo que es: Alcaldesa Honoraria de La Isla.