Quizás jamás sepamos el motivo real de la retirada del premio a la libertad de expresión por parte del Ayuntamiento a la revista satírica francesa Charlie Hebdo, premio que recordemos entregó este mismo equipo de Gobierno hace un año. Y no lo sabremos porque la justificación pública que ha hecho éste a través de un comunicado en sus redes sociales y medios de comunicación es más un ataque al principal partido de la oposición que un texto expositivo donde explique claramente los motivos de esta retirada. De ahí que desde el Ateneo nos permitamos llegar a varias conclusiones posibles: o bien han retirado este premio por la presión del Partido Popular, o bien lo han hecho porque la entrega del mismo fue tan poco firme y comprometida como el propio compromiso del PSOE (también del PP y de otros partidos) con la libertad de expresión. Porque la libertad de expresión, entendemos los republicanos, no es un fetiche que pueda ajustarse a conveniencia de los criterios y voluntades de los partidos políticos. Ni siquiera de los individuos. La libertad de expresión es algo que emana de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que por tanto transciende cualquier punto de vista particular. Es decir: la libertad de expresión no está sujeta a interpretaciones y mucho menos a gustos estéticos o morales personales.
Archivos diarios: 26/09/2016
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